Conocemos como se origino el Obelisco, monumento histórico considerado un ícono de la Ciudad de Buenos Aires.
El Obelisco de Buenos Aires es un monumento histórico considerado un ícono de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la llamada primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza.
El Obelisco, creado para honrar los 400 años de la primera fundación de la ciudad por Pedro de Mendoza, tardó 60 días en construirse en 1936, a cargo del arquitecto tucumano Alberto Prebisch, y fue emplazado en donde estuvo la Iglesia San Nicolás de Bari (que dio nombre al barrio de San Nicolás) que también es el mismo lugar donde se izó por por primera vez la bandera Argentina. La obra del arquitecto argentino Alberto Prebisch, la construcción estuvo a cargo del consorcio alemán GEOPÉ-Siemens Bauunion-Grün & Bilfinger.
Al igual que la Torre Eiffel de París, y que la Estatua de la Libertad de Nueva York, el Obelisco es el emblema de Buenos Aires. Nadie se imagina la ciudad sin él: es el lugar donde el porteño celebra toda clase de victorias nacionales, o donde se hacen los reclamos que parecen más justos. Sitio de piquetes y festejos populares, el Obelisco ha sido intervenido por performances de artistas o indiscriminadamente vandalizado.
También se ha transformado en escenario de rock y de orquestas de música clásica. Parte del ser argentino, fue sin embargo duramente criticado cuando, cual espada refulgente (según el poema de Baldomero Fernández Moreno que está impreso en su cara sur, surgió como símbolo de la Buenos Aires moderna tras años de demolición y transformación del área circundante. La Plaza de la República y la Avenida 9 de Julio, las Diagonales Norte y Sur y el ensanche de calles como Corrientes y Belgrano se materializaron en la primera mitad del siglo XX como importantes gestos urbanos en que la gran aldea se convirtió en metrópolis.
La rapidísima construcción del desmesurado Obelisco, en reemplazo de un hito de escala barrial como había sido el templo parroquial San Nicolás de Bari, no hizo más que incentivar la polémica entre los partidarios de la renovación de la ciudad y los sectores más tradicionalistas. La Municipalidad ganó el juicio entablado contra la Curia, y la última misa se celebró el 16 de agosto de 1931.

En el solar donde hoy se encuentra el Obelisco estaba emplazada la iglesia dedicada a San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la Avenida 9 de Julio. En la torre de esa iglesia fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, la bandera argentina. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco.
Se decía que el bloque radical de las cámaras presentaría un proyecto para que en ese lugar se erigiera el monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero, el 3 de febrero de 1936, a 400 años de la denominada «primera fundación de Buenos Aires», el intendente Mariano de Vedia y Mitre, nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo, firmó un decreto que generaría enconadas polémicas, para la ejecución de una obra de carácter extraordinario, que señale al pueblo de la República la verdadera importancia de aquella efeméride ya que no existia en la ciudad ningún monumento que simbolice el homenaje de la Capital de la Nación entera.
Se le encargó entonces al arquitecto Alberto Prebisch la construcción de un obelisco que se realizó en solo sesenta días: la obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año. La construcción estuvo a cargo del consorcio alemán GEOPÉ – Siemens Bauunion – Grün & Bilfinger, el cual finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros. Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo el monumento por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón.
La mañana del 21 de junio de 1938 aparecieron destruidas las gradas donde niños de colegios primarios y secundarios de la ciudad habían celebrado el Día de la Bandera el día anterior: esa noche se produjeron los desprendimientos que podrían haber sido fatales. Para terminar con el peligro de que nuevas placas de piedra pudiesen caerse, fueron reemplazadas por revoque de cemento en el que se imitó el dibujo de las lajas. (Una nota de color es que al quitar las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto»).
Inmediatamente después de su construcción, el obelisco se tornó en centro de las burlas y protestas de los porteños. Tan mal fue recibido que los diarios de la época lo llamaron «tachuela monumental», «armatoste sin sentido» y «bodrio en perspectiva». Sin presentir su destino de postal porteña, lo defenestraron por «feo punzón». Tres años después de su inauguración, en junio de 1939, el Concejo Deliberante sancionó la demolición del Obelisco por Ordenanza N.º 10.251, por 23 votos contra tres, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Pero la ordenanza fue vetada por el intendente Goyeneche, y no prosperaron otras tentativas por derribarlo.

El monumento es hueco por dentro, tiene 67,5 metros de altura y 49 metros cuadrados de base. En su interior, y en sentido ascendente, cada 8 metros hay una losa con un agujero en el medio que deja un vacío en uno de sus ángulos, por donde pasa una escalera marinera que sirve para acceder hasta la cúspide. Tiene además una puerta de entrada en su base y 4 ventanas en su ápice. Dispone de iluminación eléctrica y, dada su altura, está provisto de un pararrayos muy pequeño cuyos cables corren por el interior. Pesa 177 toneladas y su construcción costó 200 mil pesos moneda nacional.
La punta es roma; mide 40 cm y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del monumento. Existe una caja de hierro empotrada que según se dice guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción, y una carta destinada a quienes lo demuelan.
Participaron 157 obreros, y hubo que lamentar la muerte de uno de ellos, el italiano José Cosentino. El total de la obra ascendió a 200.000 pesos. Su construcción demoró apenas dos meses y se cumplió la indicación del intendente, quien quería que estuviese terminado antes del 25 de mayo.
Hubieron a lo largo de los años ciertos intervenciones artísticas y culturales en el Obelisco: En diciembre de 1973 se lo decoró como árbol de Navidad. En el año 1975 se colocó un anillo giratorio en el cuarto inferior de su altura, con las inscripciones «El silencio es salud» y «Mantenga limpia Buenos Aires». Entre las muchas intervenciones, el 1 de diciembre de 2005 apareció completamente cubierto por un preservativo de color rosado, en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida.
El 20 de septiembre de 2007, conmemorando los 150 años de las relaciones bilaterales entre Argentina y Alemania, amaneció cubierto con una tela de 60 m² con los colores de las banderas de esos países. Además se ajustó un nuevo sistema complementario de iluminación que fue donado por la embajada de Alemania y empresas de ese país (Allianz, Osram y Siemens) que apoyaron la celebración.

El 7 de agosto de 2009 durante todo el día el Obelisco exhibió como una instalación artística el brazalete distintivo del lema «Say No More», de Charly García, como parte de la campaña publicitaria para el lanzamiento de la canción «Deberías saber por qué», que marcó el esperado retorno del músico al mundo del espectáculo.7
El 20 de septiembre de 2015 pareció estar desprovisto de su punta gracias a una intervención del artista argentino Leandro Erlich, que generó esta ilusión tapando la punta. El 24 de noviembre de 2016, con motivo de la celebración del Día del Vino como Bebida Nacional, se proyectaron imágenes referidas a la vitivinicultura argentina en el Obelisco.
El 13 de diciembre, el streamer Martín Pérez «Coscu» Disalvo de la mano de Samsung sube a la cima del Obelisco junto a su amigo y colega Geronimo «Momo» Benavides haciendo un stream histórico siendo la primera transmisión en twitch en dicho monumento icónico del país, donde además aparecieron saludos de personalidades como Ibai Llanos, Sergio Agüero, Bizarrap y Rodrigo De Paul entre otros.
El Obelisco, fue el escenario principal en la fiesta que inició los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, al convertirse en una gigantesca pantalla vertical donde con un asombroso juego de luces y sonidos se realizó una cuenta regresiva. Luego, siempre iluminado, abrió la fiesta con un acróbata descendiendo desde su extremo superior y flameando la bandera argentina. Inmediatamente fue utilizado simulando mediante luces una a veces una pista de remo, otras de atletismo, y otras pistas por donde los acróbatas colgados de arneses bajaban o subían en virtuales botes o bicicletas.
Muy diversas proyecciones se hicieron sobre el mismo y hacia el final se realizó en su base un show de tango con un bandoneonista «sentado» casi en la punta del Obelisco. Hablaron luego las autoridades del Comité Olímpico Internacional para finalmente ser prendida junto a él la llama olímpica. Con motivo del 85.° aniversario de su fundación un doodle de Google le fue dedicado el 23 de mayo de 2021.