Museo Fotográfico Simik
Ubicado – exactamente- en la esquina de Avenida Federico Lacroze y Fraga, se encuentra este peculiar, y maravilloso, museo fotográfico. Si bien se encuentra dentro del “Bar Palacio”, en el barrio de Colegiales, no es necesario consumir nada dentro del lugar para poder visitarlo. El museo es privado y gratuito.
El Museo Fotográfico Simik se propone preservar el patrimonio fotográfico de la ciudad de Buenos Aires, como así también la organización de diferentes tipos de eventos relacionados con la difusión y la historia de la fotografía – y de sus instrumentos-.
Su dueño y creador es Alejandro Simik, antiguamente bombero, hoy en día se dedica de manera exclusiva a su bar y museos. Sí, tiene dos museos. El fotográfico y uno de cine. Pero el último por el momento no cuenta con un espacio físico fijo y se muestra de manera “itinerante”. Sin ir más lejos, fue presentado en el Festival de de Cine de Mar del Plata, donde pudieron verse ejemplares exclusivos; hablamos de cámaras de 35 mm. de 1908, que en ese entonces se accionaban a manivela.
“Es casual lo de los dos museos. Yo no pensaba ni tener uno, pero considero que soy un comprador compulsivo que se fue interesando en la historia y en la evolución del cine y la fotografía. Al haber reunido una buena cantidad de aparatos, simplemente me copé. Yo me iba dando cuenta de se iban desarmando las salas de cine y que los proyectores los rompían a martillazos para vender el hierro como material de fundición. Los vendían por kilo, buena plata. Quise rescatarlos, tengo varios. También compré linternas mágicas y hasta viejas butacas. La inquietud mía es tan grande como la necesidad de poder compartir el material con la gente. Lo que yo guardo en el galpón ni siquiera puede verse en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, que está en La Boca.”.
Alejandro cuenta que su “pasión” por la fotografía nació, justamente, mientras ejercía su oficio de bombero. En sus propias palabras:
“Fui bombero, sí, y estuve trabajando en la parte operativa, es decir, apagando incendios. Después me especialicé en la investigación del siniestro. Para saber las causas de un incendio es necesaria la presencia de un fotógrafo, de un relato fotográfico. Esto puede haber sido el punto de partida.”.
En el año 2001, Alejandro estaba sentado en su Bar, y decide salir a fotografiar la salida de De La Rúa. Es ahí mismo donde comienza este viaje. Comprando cámaras en el Mercado de Pulgas del barrio y a diferentes cartoneros que pasaban por la zona.
“Estaba sentadito en aquella mesa frente a la ochava, el bar estaba vacío ya que en la calle no había un alma por miedo a los saqueos. Le dije a Hugo, uno de los encargados, que me iba a ir a Plaza de Mayo con la cámara a retratar la historia: De La Rúa se estaba yendo en helicóptero. Ese día saqué varias tomas impresionantes y sentí una corazonada.”.
El Museo empezó casi por “casualidad”, Alejandro empezó a colocar algunas cámaras en las vitrinas de su bar, hasta que, finalmente, un día, ya era un museo. Incluso, algunos clientes, fascinados con la idea, se acercaban a dejar recuerdos familiares. Fue poco tiempo después que Alejandro se animó a empezar a dar clases de fotografía.
Inaugurado, entonces, de manera “oficial” en el año 2002. Alberga dentro de sí, aproximadamente, 2.000 cámaras.
El Museo Fotográfico Simik fue declarado de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 2005 por sus “aportes a la conservación del patrimonio de la Ciudad” y, nuevamente, en 2012 por “las actividades culturales que allí se realizan”.
Por otro lado, El Bar Palacio es considerado “un notable” de la Ciudad de Buenos Aires, desde el año 2011.
